O Futuro da cultura Lab
Post do jornalista Bernardo Gutierrez publicado originalmente no blog Código Abierto:
“PORQUE SER HACKERS ESTÁ DE MODA. Ahora todos son hackers. Términos para el mercado: Growth Hacker, Business Hacker, E-commerce Hacker, Social Media Hacker, Code Hacker. Ya se va poniendo triste el panorama”. Así pataleaba el ecuatoriano Juan Carlos León en su muro de Facebook, que ha estado años trabajando en El Diferencial Hub Media de Quito. Juan Carlos tocó un punto importante: el mercado, el capitalismo cognitivo y los gobiernos están vampirizando lo hacker. Sin entenderlo. Sin sinceridad. Sin ética.
El oportunismo roza el insulto en el caso de grandes compañías como Microsoft o Oracle, lobbistas duros del copy right que juegan a los datos abiertos, disfrazados de mecenas de lo hacker. Lo mismo ocurre en el ámbito de los gobiernos: ciudades gobernadas por partidos y políticos verticales, vinculados al capitalismo en mayúsculas, creando espacios con narrativa hacker. El Ayuntamiento de Río de Janeiro – el que se subió al carro de la especulación inmobiliaria, los desalojos, la ciudad creativa del capitalismo cogitivo y el control tecnológico de la Smart City de IBM – creó el Lab.rio. La narrativa “lab” y sus subnarrativas (innovación ciudadana, por ejemplo) también están en voga. Y son puestas en marcha por personas / instituciones que ni saben trabajar en red ni conocen la ética hacker.
Ante oportunismos y apropiaciones, nada como reivindicar el espíritu hacker y la verdadera esencia de los labs / laboratorios. Me gusta mucho el post que ha escrito Juan Insúa, del Centre de Cultura Contemporània de Barcelpna (CCCB), sobre el encuentro LAB Meeting 2015 que tuvo lugar en el MediaLab Prado de Madrid. Republico un extracto del texto, sobre el presente y futura de la “cultura lab”.
PRESENTE Y FUTURO DE LA CULTURA LAB
- Encuentros como el LAB Meeting 2015 y otros similares en distintas ciudades del mundo (comoLabWorks 2015) demuestran el vigor de un espíritu creativo, experimental, crítico y autocrítico que requiere trascender los riesgos de la «labificación», evitando los fetiches semánticos y las apropiaciones sospechosas.
- La diversidad de modelos, estilos y metodologías no impide encontrar una serie de puntos en común. Y esta es una tarea imprescindible: definir aquello que une, la pauta que conecta y no solo las diferencias, errores o contradicciones de un proceso abierto.
- Difundir, debatir y enriquecer un cuerpo teórico que se ha ido gestando a lo largo del siglo XX y que ya goza de una ingente bibliografía en el nuevo siglo.
- Concebir la cultura lab con toda su historia, su diversidad y sus mutaciones como uno de los émbolos decisivos de una nueva cultura más libre y democrática.
- Arte, ciencia, tecnología, diseño, humanidades… Las mezclas e hibridaciones suelen ser diversas, pero todas pueden enmarcarse en la necesidad de trascender las limitaciones de las dos culturas (C. P. Snow) e incluso algunas concepciones reduccionistas de Tercera Cultura.
- La evolución y progresiva madurez de una cultura del riesgo y la experimentación constituyen una realidad que cabe «cuidar», «curar», consolidar y abrir sin dogmas, ni capillas excluyentes.
- La cultura lab puede generarse tanto desde los márgenes o las periferias como dentro de las instituciones culturales (universidades, escuelas, museos, bibliotecas, etc.).
- En la cultura lab hay pioneros y referentes indiscutibles, pero también nuevas manifestaciones que han nacido y evolucionan a partir de su propia experiencia y una praxis con aportes inéditos.
- La cultura lab es una actitud frente a la concepción, creación, producción y distribución del conocimiento en el siglo XXI. Es un espíritu que «sopla donde quiere» y puede surgir en los espacios, grupos e instituciones más insospechados.